martes, 3 de marzo de 2009

"Llevaba varíos días dejando la puerta abierta mientras escribía en mi cuarto, pero hasta hoy no ha caído en la trampa. Tras mucho mariposear de un lado para otro como aquel que no quiere la cosa, a fin de ocultar su turbación al visitarme sin haber sido llamada, Lo entró y, después de rondar a mi alrededor, se interesó por los laberintos de pesadilla que mi pluma había trazado en una hoja de papel. 
No eran los resultados del inspirado descanzo de un calígrafo entre dos párrafos, eran los horrendos jeroglíficos (que ella no podía descifrar) de mi fatal deseo."

1 comentario: