viernes, 12 de junio de 2009


A pesar de los días complicados, que ponen a la gente de la cabeza, me dí cuenta que si se acabó, se acabó. Que todo es lindo mientras duró, y que siempre hay algo más por ver.
Cambiando de tema, nunca le desees algo malo a una persona que no te cae bien, porque te puede venir de vuelta. Detesto la gente que juega con los sentimientos de los otros. ¿Qué puedo decir? Faltan cuatrocientos treinta y nueve días apróximadamente para que llegue bariloche. Se pasa volando el tiempo, y pasan cosas que ni te esperabas cuando estabas en Córdoba mirando los pajaritos arriba de una montaña. Eramos chicos e ilusos, y peleábamos por boludeces. La cosa no cambió mucho respecto a eso, pero tenemos otras preocupaciones, intereses y pensamos diferente. Éstos cuatro años parecieron uno solo. Marcó en gran parte quiénes somos, qué queremos ser, y con quién nos gusta estar. Como todo, tiene sus partes buenas y malas. Pero destaco todas, incluídas las que vienen, porque queramos o no, son parte de nosotros, y siempre de algo sirve.